[ad_1]
No pocas marcas de lencería suben simples fotografías de sujetadores a Facebook y la red social las bloquea por entender que contienen desnudos (sin que haya a menudo un ápice de piel humana en las instantáneas).
Con sus robots metidos en la piel de censores Facebook e Instagram detectan (para a continuación borrar) cualquier indicio de odio, pornografía y violencia en sus respectivas plataformas. Pero a veces se llevan también por delante (sin motivos fundamentados) bragas, sostenes y otras prendas de lencería.
No pocas marcas de lencería suben simples fotografías de sujetadores a Facebook y la red social las bloquea por entender que contienen desnudos (sin que haya a menudo un ápice de piel humana en las instantáneas).
Es evidente que para regular eficazmente su propia plataforma Facebook necesita arrojarse en los brazos de la inteligencia artificial, pero la firme apuesta de la red social por los algoritmos está cortando las alas injustamente a muchas campañas de publicidad.
Facebook asegura que el proceso de revisión de un anuncio se completa dentro de un plazo de 24 horas tras subirlo a su plataforma. Sin embargo, las firmas de lencería se topan de bruces con procesos de revisión mucho más largo.
Mary Depoian, social media lead de la firma lencera Harper Wilde, se lamenta además de que la censura de Facebook es absolutamente imprevisible.
«¿Por qué está bien que los hombres sean fotografiados en bañador y no que una mujer sea retratada en sujetador?», se pregunta Jena Kerner, coCEO de Harper Wilde.
Complacer a los veleidosos algoritmos de Facebook es una cuestión de ensayo y error
De acuerdo con la firma de lencería Cosabella, crear contenido que Facebook tenga a bien aprobar es una cuestión de ensayo y error. «Luchamos constantemente por lograr un equilibrio que garantice que nuestros productos sean mostrados apropiadamente, pero sin enfurecer a los censores de Facebook», explica Silvia Campello, coCEO de Cosabella, en declaraciones a AdWeek.
«Tener a un equipo revisando constantemente anuncios agota inevitablemente nuestros recursos», se queja Heidi Zak, cofundadora y CEO de ThirdLove. «Solo tratamos de mostrar imágenes de mujeres reales», enfatiza.
Aunque las firmas de lencería pueden obviamente anunciar sus productos más allá de en Facebook y en Instagram, lo cierto que ninguna otra plataforma en comparable desde el punto de vista del alcance y la eficacia, apunta Andrew Frank, research analyst de Gartner.
Pese a los lamentos de algunas marcas de lencería, otras aseguran que los censores de Facebook son ahora algo menos mojigatos que lo eran otrora. Así lo asegura, por ejemplo, Jonathan Shokrian, CEO de la marca de ropa interior MeUndies.
De todos modos, MeUndies y otras marcas observan que Facebook se rige a todas luces por una doble vara de medir a la hora de sacar la goma de borrar para vetar anuncios. Y mientras la publicidad sobre la disfunción eréctil suele ser aprobada, no sucede lo mismo con los anuncios de productos lubricantes para mujeres.
Y esa doble vara de medir no hará sino desplegar aún más las alas mientras Facebook siga confiando (casi ciegamente) en sus mecanismos de censura automatizados, que podrá quizás reeducar pero que seguirán formando parte inevitablemente de la ecuación en su plataforma.
No te pierdas nada de MarketingDirecto.com y únete a nuestro Telegram t.me/MarketingDirecto
[ad_2]
Leave a reply